Sachets / Complejos
h3>Impresión de embalaje flexible para envasadoras horizontales, verticales y para el envasado de productos sólidos
La palabra sachet no forma parte del diccionario de la Real Academia Española (RAE). Se trata de un término francés que se emplea para hacer referencia a una bolsa de tamaño reducido que, cerrada herméticamente, alberga algún producto en su interior.
Una vez que se abre un sachet (es decir, que se rompe su cierre hermético), aquello que contiene debe utilizarse de una vez o a la brevedad. Esta necesidad de usar rápido el producto obedece a las dificultades para volver a cerrar el sachet o, en ciertos casos, a que el producto se puede echar a perder.
El jabón líquido, el champú y la crema de enjuague también suelen ofrecerse en sachet. En estos casos, lo habitual es que se trate de sachets muy pequeños que se entregan como muestra gratuita para que un consumidor conozca el producto y, si le agrada, luego compre un envase más grande. El sachet de champú o el sachet de crema de enjuague también pueden resultar útiles en un viaje, ya que son fáciles de trasladar.
En los hoteles, por ejemplo, es normal encontrarse con productos de tocador en sachet, como ser champú y jabón, y en este caso las ventajas del formato son la seguridad de que no se derrochen los productos y también la higiene, ya que cada cliente recibe un sobre cerrado herméticamente, que él mismo abrirá y desechará una vez que no desee continuar usándolo.
En nuestro dia a dia también podemos encontrarnos con gran variedad de estos productos. Son muy frecuentes para envasar infusiones, colorante alimentario, algunas variedades de café, cacao en polvo...
Algunas de sus características físicas son su forma (típicamente rectangular), su textura (que puede ser lisa, especialmente para los alimentos, o rugosa, para productos de higiene personal), su composición a base de láminas y su cerrado hermético. Los materiales más usados para su fabricación son el aluminio, el papel y ciertos plásticos.
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